Israel y el tabernáculo

«Los que acamparán delante del tabernáculo al oriente, delante del tabernáculo de reunión al este, serán Moisés y Aarón y sus hijos, teniendo la guarda del santuario en lugar de los hijos de Israel; y el extraño que se acercare, morirá.» Números 3:38

Dios es Dios de orden y está organizando a su nación en todo el sentido de la palabra. Todos están ubicados alrededor del tabernáculo, lo que nos recuerda que todo en nuestra vida debe girar en torno al Señor Jesucristo, él debe ser el centro de nuestra vida.

Cada tribu tenía su ejército y eran escogidos los varones de 20 años arriba. Cada tribu trabajaba en equipo con otras dos tribus, lo que nos recuerda que estamos en una batalla espiritual y que debemos estar listos y preparados trabajando en equipo, siendo compañeros de milicia. Además Dios nos enseña que todo aspecto de nuestra vida debe ser cubierto en batalla, no nos podemos dormir porque viene el león rugiente y nos ataca por el lado más débil. Además vemos una relación entre los cuatro lados donde las tribus deberían acampar y los cuatro «lados» de la personalidad del Señor Jesús que se ven en los cuatro evangelios. Les animo a estudiar cada uno de estos aspectos nombrados.

El contexto de nuestro versículo tiene que ver con la organización de los levitas y específicamente de donde deberían estar Moisés, Aarón y sus hijos. Los levitas eran tratados de manera diferente por Dios. Todos los sacerdotes deberían ser levitas pero no todo levita era sacerdote. Los levitas acampaban alrededor del tabernáculo. Aarón tenía tres hijos y acampaban alrededor junto con sus familias. Ellos eran Gerson, Coat y Merari. Lo interesante de este verso es el lugar donde esta Moisés y Aarón. Ellos están en la puerta del tabernáculo, al oriente. Moisés es tipo de Cristo como profeta, lo que involucra la palabra de Dios. Aarón es tipo también de Cristo como Sumo sacerdote, lo que involucra los sacrificios. Ambos están a la puerta, Cristo es la puerta a la salvación y solo por la palabra de Dios y por el sacrificio que él hizo en la cruz por nosotros tenemos perdón de pecados y vida eterna en él.

Nosotros en Cristo somos sacerdotes del Dios altísimo. Estamos para servirle en lo que sea necesario. A propósito cada grupo de sacerdotes tenía una responsabilidad específica en el tabernáculo. Pero como sacerdotes no podemos dar salvación, solo Cristo lo puede hacer.

Nunca podemos olvidar que Jesús debe ser el centro de todo lo que somos, debemos estar preparados para la batalla por las almas de los hombres y participar activamente en el avance del reino de Dios, predicando el evangelio de Jesucristo. Somos sus sacerdotes, presentando cada día nuestro cuerpo en sacrificio vivo, santo y agradable a él.